Gracias a avances recientes en los métodos de síntesis, los enlaces mecánicos entre moléculas con subunidades interconectadas -que solo pueden separarse al distorsionar sus enlaces químicos- se utilizan ahora como componentes funcionales en sistemas moleculares. Este avance dio origen a un nuevo campo: la nanotecnología molecular. En él, mediante el control de los movimientos relativos de las subunidades moleculares, es posible construir interruptores y motores moleculares, sistemas de almacenamiento de información y otros dispositivos que operan fuera del equilibrio. En polímeros o materiales en bulto, estas interconexiones confieren propiedades mecánicas únicas.
Un equipo de investigadores de varias universidades de Estados Unidos desarrolló un proceso de polimerización en estado sólido mediante el cual, un monómero cristalino con estructura laminar, 2D-TPE-PhOH (tetrafeniletileno-fenol), se interconecta con otro monómero cristalino idéntico a base de puentes de hidrógeno entre radicales hidroxilo en los extremos que reaccionan selectivamente para formar interconexiones con siloxano, que resultan de la reacción con SiMe₂Cl₂ (dialquildiclorosilano). De esta forma se forma un macrociclo que consiste de dos polímeros cristalinos-2D interconectados por medio del siloxano, que se puede repetir. El resultado es un sólido con estructura laminar que se separa fácilmente en disolventes orgánicos comunes. El material disperso, hasta de monocapas atómicas 2-D, se puede caracterizar con los métodos modernos de microscopía electrónica de transmisión con resolución atómica y así se confirma su estructura cristalina y flexible. Con este método se logran materiales a escala de multigramos. A este tipo de materiales se les llama materiales interconectados mecánicamente (MIM por sus siglas del inglés mechanically interlocked materials). Anteriormente, estos autores ya habían reportado la cristalización de la estructura MIM 2-D de TPE-PhOH.
Los MIMs se han utilizado para la producción de fibras, mezclándolos con Ultem, un termoplástico de polieterimida (PEI) con excepcionales propiedades mecánicas y térmicas. Este material en sí tiene una mayor rigidez y resistencia, y la adición de un 2.5% en peso del nuevo polímero 2D a las fibras de polieterimida ha aumentado su módulo de elasticidad en un 45% y su tensión límite (esfuerzo máximo o esfuerzo último) en un 22%.
Con este trabajo se demuestra la capacidad de diseñar y construir arquitecturas de polímeros interconectados y MIMs-2D, que de otra manera serían inaccesibles y que constituyen una clase diferente de polímeros para estudios básicos y novedosas aplicaciones.
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